La auténtica excepción ibérica: los sindicatos en la calle ¡para apoyar al Gobierno contra las empresas!
Los sindicatos siguen viviendo su particular luna de miel con el Gobierno socialcomunista. En plena crisis económica, con una inflación desbocada y los precios de la energía en máximos históricos, Comisiones Obreras y UGT no se han echado a la calle a protestar contra el Gobierno por las cifras del paro o a pedir una mejora de las condiciones laborales a la vicepresidenta y responsable de Trabajo, Yolanda Díaz, sino que han convocado una manifestación contra las empresas.
Este jueves CCOO y UGT han protagonizado una marcha en el centro de Madrid bajo el lema Esta crisis no la paga la clase trabajadora. Salario o conflicto para exigir a la patronal subidas salariales. Pero ni un reproche a las políticas económicas y laborales del Gobierno de Pedro Sánchez. De hecho, desde el propio Ejecutivo, a través de un tuit del ministro de Consumo, Alberto Garzón, se ha agitado a la participación en esta protesta contra los empresario.
Tampoco se ha escuchado ni una demanda a la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. Es más, se ha producido la circunstancia de que incluso el propio padre de Díaz, histórico sindicalista de CCOO, ha participado en la protesta. Lo que da cuenta de las nulas exigencias sindicales hacia el Gobierno.
Los líderes de las centrales sindicales vinculadas a los partidos del Gobierno de coalición, Unai Sordo y Pepe Álvarez, han amenazado a la CEOE y a los «poderes económicos que no dan la cara», un mantra como el utilizado últimamente por Sánchez, de que tienen intención de seguir su batalla contra ellos si no se acuerda una subida de los salarios y no acceden a subir el salario mínimo interprofesional a 1.300 euros en 2023. Así, han avisado de un aumento de la conflictividad social si los empresarios «no se sientan a negociar los convenios colectivos con mejoras salariales».
De este modo, los sindicatos siguen poniendo toda la presión y la responsabilidad de la crisis económica sobre los empresarios y en lugar de reclamar soluciones al Gobierno, han continuado haciendo de altavoz de las posiciones del propio Ejecutivo, en su estrategia de los últimos meses de enfrentar a trabajadores y empresarios. Así lo han hecho en distintas ocasiones Sánchez, Díaz y hoy mismo el comunista Garzón defendiendo la convocatoria de esta protesta contra las empresas por elevar «sus beneficios multimillonarios».
Con la manifestación de hoy y las posiciones expresadas por los líderes sindicales, queda clara la connivencia entre éstos y el Gobierno socialcomunista, que gana tiempo y no parece previsible que vaya a sufrir huelga general alguna como ha venido siendo habitual para todos los Gobiernos durante la democracia, incluso con coyunturas económicas mucho menos complicada que la actual.